sábado, 5 de octubre de 2013

V Encuentro del Psicoanálisis con la Historia y la Cultura Ponencia: “La Babosa”, Análisis desde una perspectiva psicoanalítica Lic. Hugo Raúl Espínola Morel, Psicólogo Clínico - Psicoanalista

V Encuentro del Psicoanálisis con la Historia y la Cultura
Ponencia: “La Babosa”, Análisis desde una perspectiva psicoanalítica
Lic. Hugo Raúl Espínola Morel, Psicólogo Clínico - Psicoanalista



     Este ensayo que voy a exponer es una hipótesis de trabajo sobre un tema que tiene que ver con el hombre americano y su relación con la ley y la cultura, no hago un juicio de valor sobre los temas que acá abordo, sino simplemente explicarlo desde el psicoanálisis, para ello recurrí a varios textos como material de investigación bibliográfico: “La babosa” de Gabriel Casaccia Bibolini, considerado este gran escritor  por el propio Roa Bastos como el fundador de la narrativa paraguaya contemporánea. Una novela  que saca al paraguay del anonimato de la literatura internacional.

I-  Descripción de la novela

     La Babosa es una larga novela realista, en el sentido que el autor registra el devenir diario de una comunidad, en sus relaciones interpersonales y frente a lo cual, relata como si fuera un cronista, ésta novela utilizó como marco referencial para describir a nuestra sociedad, y sobre todo como los valores humanos están degradados, el irrespeto a la ley y que no produce siquiera una sanción interna para quien la trasgrede, la falta de una autocrítica frente a ello y que se da no solamente en Paraguay sino en toda la América del sur, tratar de explicar esto desde el Psicoanálisis es la tarea y parra ello algunas obras del fundador del psicoanálisis Sigmund Freud fueron necesarias: Tótem y Tabú, el malestar en la cultura entre otras.
     En cuanto a la posición subjetiva desde donde  Gabriel expone sus pensamientos, parecería que no se trata solamente de describir tan magistral y fenomenológicamente los distintos personajes de su novela, sino  que existe una relación muy llamativa  entre el autor y el protagonista “Ramón Fleitas”. Tal vez la decepción, tal vez la frustración  de Gabriel Casaccia  y su angustia, lo empuja  a proyectar sus propios sentimientos a través de Ramón. En un país sin oportunidades en la época,  su gente con valores degradados al extremo, sin conciencia moral. Esto lo obliga  al destierro de su tan amada tierra, o tal vez una identificación con este personaje  que parecería delatarlo; Ramón y Gabriel ambos abogados, con una misma vocación: la de escritor. Con un mismo anhelo: viajar a Buenos Aires para y como una manera de desarrollar sus aptitudes literarias. Mientras Ramón Fleitas solamente queda con ese deseo, Gabriel supera este síntoma desde una posición diferente y más creativa y utiliza esa angustia para promoverse y  elevar culturalmente a todo un país.
     Haciendo una apretada síntesis de esta genial obra de Gabriel: nos ubicamos en  Aregua que es  capital del departamento central, un pueblo no muy lejano de Asunción, es el escenario de casi toda la obra. La historia, precisamente de los habitantes de esa comunidad tan pintoresca a, donde el autor nos muestra las intrincadas relaciones interpersonales de sus personajes a quienes los caracteriza con una agudeza psicológica notables: Ramón Fleitas uno de los personajes principales, a través de su historia se teje el tema vertebrador. Éste es hijo ilegitimo de una india, campesino de nacimiento y de corazón, se ha establecido en Aregua con su esposa Adela. Trabaja como abogado en el bufete de su suegro, figura prominente del foro asunceno. Ramón desarrolla un odio creciente contra su benefactor acusándolo de ser un obstáculo a su talento literario. Su esposa lo abandona, y él se hunde en los bajos fondos del juego y el alcohol.  El origen de los conflictos que se desarrolla en la novela hay que buscarlo en el personaje central, “doña Ángela” a quien el párroco del lugar ha dado el mote de la “babosa” a causa de sus enredos, chismes y pérfidos ataques que se extiende como una baba. La enfermedad y muerte del párroco se precipitan  a raíz de esto, como también el suicidio de su hermana Clara. Ramón es enviado como juez de paz  a un miserable agujero perdido en Misiones, donde nunca dejará de emborracharse ni de jugar en los antros locales. Doña Ángela envejece, pero no obstante, sigue babeando su maldad en el pueblo en nombre de la justicia y la religión. 
     Todos los personajes descritos por Gabriel en la “La babosa” tienen un denominador común , los valores humanos degradados al límite, personajes sin sentimientos de culpa que pareciera que todo está permitido y que el idioma guaraní lo expresa y describe como con más fuerza “oikatu jajapo la jajaposeva , mba´ eve ndojehumo´ai (podemos hacer lo que se nos antoja, total nada va ocurrir), pareciera que esta premisa tiene plena vigencia en la mayoría de los países de nuestra sur América, en donde el “gil” es aquel que no roba para enriquecerse, y se impone la maquiavélica premisa: el fin justifica cualquier medio, en donde la impunidad campea, y la vida humana pareciera que no tiene ningún valor, ¿cómo se puede explicar esto?, y ¿qué relación existe con lo expuesto por el psicoanálisis?

II- Algunas consideraciones conceptuales de Freud (Tótem y Tabú)

     Freud habla que todas nuestras leyes evolucionaron de los preceptos tabúes y que la trasgresión de esos preceptos tienen un castigo automático, que en épocas primitivas causaban de manera inmediata alguna enfermedad o inclusive la muerte como una manera de expiar la culpa del trasgresor.          
     Estos preceptos tabúes son universales y se remontan a épocas ancestrales en todas las culturas. Con respecto al totemismo Freud en base a numerosas investigaciones antropológicas (Fraser, Darwin por citar los más importantes), explica que el aspecto social del totemismo se plasma sobre todo en un mandamiento de rigurosa observancia y en una enorme restricción, los miembros de un clan totémico son hermanos y hermanas, están obligados a ayudarse y a protegerse mutuamente; tótem, es, pues por un lado, el nombre de un grupo y, por el otro una línea de descendencia, el concepto del tótem se vuelve decisivo para la articulación y organización de la tribu, el animal totémico  no era considerado originariamente como un mero nombre del grupo de aquellos, sino que las mas de las veces se lo tenía por su padre ancestral.
El  psicoanálisis nos ha revelado que el animal totémico esrealmente el sustituto del padre y es desde donde se explica sobre el estado primordial de la sociedad humana.
     La horda primordial del padre violento, celoso que se reserva todas las hembras para si y expulsa a los hijos varones cuando crecen, y nada más. Un día los hermanos expulsados se aliaron, mataron y devoraron al padre, y así pusieron fin a la horda paterna. El violento padre primordial era por cierto el arquetipo envidiado y temido de cada uno de los miembros de la banda de hermanos. Y ahora, en el acto de la devoración, consumaban la identificación con él.
     El banquete totémico acaso la primera fiesta de la humanidad, sería la repetición y celebración recordatoria de aquella hazaña memorable y criminal con la cual tuvieron comienzo tantas cosas: las organizaciones sociales, las limitaciones éticas y la religión.

III – Evolución de los Estados Nacionales Europeos y Americanos

     Para poder situarnos y comprender como esto influyo en la creación y funcionamiento de nuestras instituciones me pareció necesario hacer una comparación del origen y evolución de nuestras sociedades y para ello tomé dos grupos étnicos, geográficos y culturales diferentes: la europea y la americana (sobre todo la sur americana). Presento un resumen muy breve, que lógicamente tiene muchos otros elementos que influyeron en estos procesos, pero tomo lo que me parece pertinente. 
     Podemos constatar que el origen de los estados nacionales europeos surgieron de un tronco común y para ello debemos remontarnos históricamente con la caída del imperio romano y la creación luego del sacro imperio romano germánico, Roma dejo de ser la potencia mundial y capital de un imperio para convertirse en sede apostólica del cristianismo como capital espiritual de los seguidores de Cristo, y que tuvo gran influencia sobre todas las monarquías feudales, compuestos mas bien por grupos dinásticos (los habsburgos, los capetos, los borbones , sajones por citar los más fuertes). Estas monarquías feudales fueron evolucionando y se separaron del imperio (tratado de Westfalia 1648), casi desapareciendo el sacro imperio, formando los distintos estados nacionales de Europa, al mismo tiempo que la iglesia católica fue perdiendo las atribuciones que inicialmente tenía, pero lo que se puede rescatar es que nacieron de un tótem común, el Cristianismo. Por más que esta se dividió en los dos cismas principales de la iglesia católica: la separación de las iglesias ortodoxas y el luteranismo además de la creación de la iglesia anglicana (enrique VIII) de Inglaterra.
     Ahora tomemos la evolución de los pueblos sur americanos, para ello tome un interesantísimo trabajo del padre José Zanardini, (sacerdote católico, antropólogo que trabaja muy de cerca con los indios de distintas etnias del Paraguay). Podemos constatar que los indios guaraníes estaban en la búsqueda del yvy marane´y (la tierra sin mal), se dieron cuenta que esta tierra sin mal no era un lugar geográfico ubicado mas allá hacia el este, sino comprendieron que esto significaba algo. Significaba  una tarea, que ellos debían crear, crear una sociedad donde los hermanos pudieran vivir en paz sobre la base del respeto mutuo, evidentemente que estaban en un proceso de consolidación de sus instituciones y valores propios que surgen de sus creencias, de sus tabúes ,de sus tótem, y este proceso fue abruptamente interrumpido por las campañas colonizadoras de España  y Portugal, imponiendo a los indígenas “atrasados” una “cultura más avanzada”, y en nombre de la evangelización impusieron su religión, despojándolos de sus creencias,  arrearon a todos los naturales, dueños de estas tierra y los organizaron en un régimen de encomiendas, convirtiéndolos en vasallos del rey a quien debían tributarle, esclavizando y sometiendo a las mujeres indias , creándose así el mestizaje, pero el mestizaje no solo es biológico, también nace una cultura híbrida, que no ha producido una huella significativa en cuanto a una ley interna que opera y cuya observancia sea rigurosa, tal vez por que le sea ajena y  que no resulta de sus propios preceptos tabúes.

IV – El Tótem  Europeo y Americano

Paradójicamente cuando en Europa se despojaron mas de esos rituales religiosos e inclusive la religión cristiana ha perdido más vigencia,  sin embargo  pareciera que  ha producido en ellos esa huella superyoica  de ajustarse a sus leyes, y crear instituciones mas sólidas, más organizadas, tal vez menos corrupta.
En América sin embargo nos consideramos muy cristianos con mayoría católica. Se practica con más fuerza el cristianismo y aun siendo muy ritualistas  y repitiendo con mas frecuencia aquella fiesta totémica, en donde es matado al hijo que es al mismo tiempo  el padre , devoramos su carne y su sangre, la carne y la sangre del cordero para identificarnos con él, aun así, nuestros valores superyoicos son endebles, y aquí si hago un juicio de valor, es una bella metáfora que nos hace recordar aquella hazaña memorable y criminal que debiera producir en nosotros cambios por identificarnos con sus valores, y no digo que esto este mal, muy por el contrario las religiones son instituciones rectoras que la humanidad necesita que  si no existiera esta sería otra, simplemente pareciera que para nosotros es muy poco operante, que  no produce en nosotros una sanción interna por la trasgresión a las normas de nuestras instituciones, talvez no produjo una huella superyoica lo suficientemente rigurosa por no proceder de nuestros preceptos tabúes ancestrales, se nos impuso un tótem extraño, ajeno a nosotros y por ende muy débilmente operante y esto se constata con los altos índices de corrupción que arrojan las investigaciones de algunas organizaciones no gubernamentales, que no solamente se ve en grandes hecho de corrupción sino en las normas viales mas triviales. 
Desde el psicoanálisis se propone como una manera terapéutica de tratar estos síntomas en la fórmula recordar para reelaborar. 

Bibliografía consultada
  • Bibolini Casaccia Gabriel. “La Babosa”, editorial el Lector, Asunción- Paraguay  2007.
  • Peña Villamil Manuel, Historia de la diplomacia y las relaciones internacionales, Editora Litocolor, Asunción -Paraguay  2000.
  • Zanardini  José, Pueblo ava guaraní, pueblo pai tavytera, los pueblos indígenas del Paraguay, Editorial el Lector, Asunción – Paraguay 2010.
  • Rojas Eric, Una introducción a la religiosidad guaraní (yvy marane´y), Suplemento       antropológico,volumen 40 nº: 2, Asunción –Paraguay. 
  • Cadogan  León, Historia de los pueblos indígenas a través de los tiempos.
  • Vachetta Bogino Mara, “La hora de San Blas”, obra inédita 
  • Sigmund Freud, Tótem y Tabú, Amorrortu editores. 
  • Sigmund Freud, El Yo y el Ello, Amorrortu editores. 
  • Sigmund Freud, Más allá del principio del placer, Psicología de las  masas y análisis del Yo, Amorrortu editores.
  • Sigmund Freud, El porvenir de una ilusión, El malestar en la cultura, Amorrortu editores.



                                           
                         





sábado, 17 de agosto de 2013

Marco teórico de una tesis en construcción, de Federico Gonzalez

4. Marco teórico

La expresión reducción de daños (RdD)  fue utilizada originalmente en los inicios de los años 80 para referirse a las políticas y a los programas dirigidos primordialmente a reducir las consecuencias adversas en la salud de las drogas psicoactivas . Sin embargo, actualmente, la expresión “reducción de daños” también es utilizada en algunas ocasiones para referirse a todas las medidas que pudieran reducir los daños relacionados con las drogas, incluyendo intervenciones dirigidas a reducir la oferta y la demanda de drogas.
El enfoque de derechos humanos  en la comprensión de la problemática de la juventud y las drogas, desde una mirada de salud es aún limitado. Es decir,  la mirada cultural y las acciones institucionales continúan operando como si hubiesen ciudadanos amenazados y ciudadanos amenazantes, ocultando  el hecho de que existe un problema estructural, disparidades, distribución inequitativa de los bienes, ausencia del Estado y violencia indiscriminada en  territorios marginalizados. Ignoran, en palabras de Marx (1859), que “el modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia” .
Teniendo en cuenta este precepto como marco interpretativo del “consumo de drogas” por parte de jóvenes residentes en zonas marginales de la Ciudad de Asunción (más específicamente en Bañado Sur) es que la propuesta metodológica y teórica de esta tesis incluye abordajes cualitativos, en los que se da cuenta de lo territorial, lo histórico, lo temporal-territorial comunitario y lo psicológico como procesos multicombinados, puesto que dejar de lado estas variables no daría cuenta acabadamente de las características del método de reducción de daños aplicado que se quiere describir.
El abordaje en el marco de una intervención territorial, implica pensar y actuar a partir de la dinámica, la estructura, la coyuntura y los emergentes que se configuran dentro de un delimitado territorio social. En este sentido, dadas las características actuales del Bañado Sur, el debate acerca de las drogas y la juventud no puede ser tratado sin relacionarlo con el desempleo y a la falta de oportunidades.
Por otro lado, las propuestas y respuestas institucionales son insuficientes o no son sostenidas para lograr procesos de cambios, tanto a nivel subjetivo y cultural como a niveles objetivos y concretos.
Los dispositivos de reducción de daños están dirigidos a disminuir  las consecuencias adversas en la salud, de las sustancias psicoactivas entre los usuarios de drogas a nivel individual, familiar y comunitario.
Los dispositivos de umbral mínimo de exigencia, concebidos como “el conjunto de medidas sociosanitarias individuales y colectivas, dirigidas a minimizar los efectos físicos, psíquicos y sociales negativos asociados al consumo de drogas” (Mino, 1993)  surgen como alternativa a las concepciones tradicionales abstencionistas, que no plantean, en general,  un abordaje en situación de exclusión y pobreza. Esto se debe a que desde el abstencionismo, no existe un acercamiento al usuario, sino que se espera que este acuda en busca de ayuda, con la voluntad de abandonar el consumo. Este es el caso del modelo transteórico propuesto por Protchasca y Diclemente, o el modelo Minessota basado en los doce pasos de alcohólicos anónimos. En este sentido, Pat O`Hare (1992) y Bunning (1998) determinan que solo entre un 5 y 10 por ciento de los usuarios está dispuesto o preparado para dejar de consumir. O`Hare (1995) define a la reducción de daños como un conjunto de políticas y acciones que buscan reducir las consecuencias negativas de la utilización de las drogas, sin intentar necesariamente reducir el uso de las mismas.
La política abstencionista ha derivado de la lucha contra las drogas impulsada por Estados Unidos de América, como la única manera de abordar el tema de las drogas. La prohibición de las drogas ha hecho del narcotráfico un negocio extremadamente lucrativo. Esto se debe a que el precio de una sustancia ilegal se determina más por el costo de su distribución que por el de su producción. En el caso de la cocaína, el precio del producto final es más de cien veces superior al del inicial, la hoja de coca. La prima generada por la prohibición representa el 90% o más del precio minorista de un estupefaciente (Jorge Castañeda y Rubén Aguilar, 2009)
Profundizando, Foucault (1992) estableció que el capitalismo existe gracias a que el poder y sus relaciones atraviesan todo el entramado social, lo que genera pequeñas relaciones de poder que se reproducen en toda la sociedad, denominadas por el autor “micropoderes”. En sus palabras: “si el poder se ejerce tal como se ejerce, es ciertamente para mantener la explotación capitalista” (1992: 86). Por otra parte, en relación a los micropoderes explica que el capitalismo no solo abarca todas las dimensiones del ser humano, sino que su poder crea subdivisiones de modo a ser global.
El autor (1973: 139). establece: “el sistema capitalista penetra mucho más profundamente en nuestra existencia (….) para que haya plusganancia es preciso que haya sub poder, es preciso que al nivel de la existencia del hombre se haya establecido una trama de poder político microscópico, capilar”.
De esta manera este sistema crea “verdades absolutas” sobre todo dentro de la ciencia. Es así que, durante mucho tiempo, los programas abstencionistas junto con una fuerte campaña de lucha contra las drogas, han tenido hegemonía en el tratamiento en adicciones. 
 Este proceso iniciado en Estados  Unidos, que combina principios científicos y severos preceptos morales, termina ubicando al uso de drogas, dentro de un esquema de orden público y  seguridad. Es así que se fortalece la capacidad punitiva y disciplinaria de los Estados, y se deja de lado el problema de salud generado por las drogas. Foucault (1975) sostiene que la disciplina aumenta las fuerzas del cuerpo (en términos económicos de utilidad) y disminuye esas mismas fuerzas (en términos políticos de obediencia). En una palabra: disocia el poder del cuerpo; de una parte, hace de este poder una "aptitud", una "capacidad" que trata de aumentar, y cambia por otra parte la energía, la potencia que de ello podría resultar, y la convierte en una relación de sujeción estricta. Si la explotación económica separa la fuerza y el producto del trabajo, digamos que la coerción disciplinaria establece en el cuerpo el vínculo de coacción entre una aptitud aumentada y una dominación acrecentada.
Esto puede observarse, en nuestro caso específico de análisis. La lucha contra la oferta y demanda de drogas fue acompañada desde las instituciones sanitarias, con una política abstencionista, siendo la abstención al consumo tanto un requisito básico para iniciar tratamiento como su objetivo final. Es, por ejemplo, el caso del Modelo Minessota, que surge de la llamada “Experiencia Minnesota”. Se trata de la aparición, entre 1948 y 1950 de tres centros pioneros del tratamiento del alcoholismo en el estado de Minnesota, USA: Pioneer House, Hazelden y Willmar State Hospital.
Sin embargo, como se esbozó anteriormente, a mediados de los 80,  teniendo en cuenta la creciente frustración generada por la lucha contra las drogas, y sobre todo el desengaño ante la imposibilidad del acceso de los usuarios de drogas a tratamientos condicionados por  la abstinencia, surge un modelo que plantea la reducción de los riesgos asociados al consumo, con la intención de replantear la problemática, no como un tema de seguridad sino  desde una perspectiva social y de derechos humanos.
En noviembre de 1990, la Resolución de Frankfurt de Ciudades Europeas Sobre Política de Drogas declaraba que se había comprobado que “el intento de eliminar tanto el suministro como el consumo de drogas en nuestra sociedad ha fracasado. La demanda de drogas continúa al día de hoy, a pesar de todos los esfuerzos educativos, y todo indica que tendremos que seguir conviviendo con la existencia de drogas y consumidores de drogas en el futuro". Luego de una reseña de los daños que la adicción llevaba aparejada, la resolución también disponía la atención que se les debía brindar a los adictos. El documento citaba al respecto: "las ofertas de ayuda no deben estar subordinadas a una total abstinencia de drogas. La ayuda no debe estar únicamente encaminada a una total ruptura con las dependencias, sino también a permitir una vida digna con drogas".
Uno de los objetivos centrales de esta propuesta de reducción de daños consistía en mantener al usuario en contacto con la red sanitaria.
Tras este detallado informe de la trayectoria de la terapia de reducción de daños y de su surgimiento comprendido dentro de una propuesta rupturista con el paradigma abstencionista que demostraba incapacidades para obtener resultados positivos en algunos contextos precisos, es necesario determinar que el abordaje de reducción de daños en Bañado Sur, tiene un carácter  anti-prohibicionista, entendiendo que la problemática del consumo de drogas no es analizable sino dentro de un entramado de relaciones sociales de poder (en términos foucaultianos), de exclusión económica-política (en términos marxistas) y de marginalidad cultural (en términos bourdianos).
Algunos de los jóvenes del Bañado Sur con los que trabajamos desde la visión de la RdD, atravesaron instancias de tratamientos con técnicas abstencionistas. En general, el abstencionismo generó dos respuestas por parte de ellos: en primera instancia, muchos no se sintieron interpelados a dejar el consumo por medio de este sistema (que presupone internaciones en establecimientos alejados del hogar y de las redes de pertenencia cotidianas del así denominado “consumidor”, así como períodos de abstinencia caracterizados por sufrimiento corporal y psicológico con alto impacto); en segunda instancia, fracasaron en estos procesos, retornando al consumo con la carga de un frustrado intento). Asimismo, las condiciones de “la internación” en espacios estatales —que presupone el tratamiento para dejar las drogas en Asunción— son determinadas por disponibilidad de presupuesto, edilicias, hospitalarias y son deficitarias además de nefastas para la salud mental del joven.
En este contexto, retomar una perspectiva anti-prohibicionista es fundamental. 
Acordando con Pat O´Hare (2001), Oriol Romaní (1999), Silvia Inchaurraga (2009),  entendemos que:
(a) los daños asociados al consumo de drogas no están exclusivamente relacionados con  el campo de la salud sino también y fundamentalmente con el campo social; exclusión, discriminación, prisión y criminalización, son los principales efectos de la penalización de la tenencia de drogas.
(b) que los daños en el campo de las drogas en tiempos de prohibición son mayores que los que causan las mismas drogas. Un ejemplo de esto lo constituyen los casos de corrupción policial y judicial, violencia, detenciones arbitrarias, además del estigma que genera la irrupción del derecho penal en el ámbito de la privacidad, y las secuelas  de la prisión.
(c) que el problema es comprendido como una consecuencia social y no como derivación de las particularidades  de los usuarios de sustancias.
Desde la perspectiva enfrentada, el paradigma abstencionista, proveniente del modelo neoliberal, promueve el individualismo y la culpa, promocionando la existencia de una personalidad adictiva, y que por ende el consumo es responsabilidad exclusiva del usuario.
Sigmund Freud (1930) en "El Malestar en la cultura" hace un análisis inicial, donde pone énfasis en lo social  como fuente que limita "los instintos", reprimiendo y al mismo tiempo socializando al individuo. Por otra parte establece que la tensión entre el yo y la sociedad, además de devenir en frustración puede buscar otros derroteros, como los de la sublimación, que consiste encontrar una descarga pulsional dentro de los límites de la cultura.
La falta de espacios comunitarios de intercambio,  causada por el control social, aplicado a los marginalizados para evitar su sublevación, derivado de las instituciones del Estado, solo promueven el aislamiento y la falta de participación. Por su parte, la imposibilidad de acceso a un trabajo digno, la ausencia de servicios básicos y el aumento de la propaganda de artículos y servicios que no están al alcance una población en situación de pobreza, solo aumentan la frustración. Para los usuarios de crack del Bañado, la posibilidad de  sublimación de las frustraciones se hace inaccesible a la realidad, esta situación de falta de trabajo y oportunidades en general,  hace más difícil una descarga pulsional adecuada en relación medio.
La persona es sana en la medida en que aprehende la realidad en una perspectiva integradora, en sucesivas tentativas de totalización, y tiene capacidad para transformarla modificándose, a su vez, él mismo. El sujeto es sano en la medida en que mantiene un interjuego  dialéctico con el medio y no una relación pasiva, rígida y estereotipada.
Por su parte, la cultura tecnológica de masas definida por Alfredo Moffat (1994), donde el Estado va controlando cada vez más aspectos del individuo, con el objetivo de mantener las desigualdades sociales sin consecuencias para el mismo, ha perdido el espacio social intermedio entre el hogar (la familia) y la calle (el Estado) que es el espacio comunitario de las instituciones de base desarrolladas creativamente desde las personas. 
Solo existen las instituciones formales que son dirigidas y organizadas desde el Estado, o grandes empresas anónimas donde no hay participación de sus miembros, y en muchos casos existe una lógica de censura, por ejemplo: Escuelas, universidades, grandes clubes, etc. (Moffat, 1994). 
Una diferencia fundamental del uso de drogas en sociedades masificadas, respecto del consumo de drogas propio de las sociedades tradicionales, es que en estas últimas, el consumo se integra en el conjunto de las prácticas sociales propiciando el restablecimiento de los lazos generacionales (ritos de iniciación), mientras que la expresión actual del consumo coincide con la desligadura del lazo social propio de la sociedad moderna (Moffat, 1994).
Moffat (1994) parte de la exclusión que realiza el sistema capitalista, para explicar el aislamiento de las personas que son víctimas de una vivencia de vacío. Desde este vacío se desarrolla lo que describe como anacronismo, desesperanza y desconfianza, características en los usuarios de crack del Bañado Sur. Exclusión y falta de oportunidad del desarrollo adecuado de la libido,  son según este autor, factores sobre los que surge la patología.
Siguiendo este razonamiento, si analizamos las características de las reacciones de los usuarios de crack en situación de vulnerabilidad  están definidas por: 
1) la no historicidad (sin memoria ni proyecto de vida) lo que Moffat llama psiquismo acrónico. Se caracteriza por la vivencia del presente como única posibilidad, sin  capacidad de proyectarse hacia el futuro o reconstruir el pasado para aprender de los errores. 
2) lenguaje de acción, no simboliza sino que hace, la acción actúa como comunicación, hay poca mediación de lo verbal, pues todo fluye con rapidez, y la reacción inmediata es fundamental.
 3)  su forma de inserción al mundo económico es mínima y está mediada por el instinto de supervivencia, sostenida en mendicidad o pequeños robos o hurtos, siendo ésta la única forma de conectarse con las condiciones materiales de subsistencia. Por esas causas, no son efectivamente “funcionales” al sistema capitalista ni al entramado de relaciones de poder económico y laboral que éste impone. De hecho, es el mismo entramado de poder capitalista el que los expulsa constantemente, obligándolos a la marginalidad y creando, alrededor de ellos un horizonte de sentido social estigmatizador.
4) consiguen alivio por drogas (especialmente pasta base de cocaína o crack). Esta droga permite una disociación del contexto creando una realidad subjetiva paralela.
Si analizamos estas cuatro características, vemos que para las condiciones de abandono extremo son cuatro  estrategias adecuadas, acronicidad, para evitar la angustia de la muerte,  pues sin historia no hay conciencia de finitud; lenguaje de acción porque no hubo aprendizaje de la simbolización; violencia transgresora, de modo a sobrevivir, en muchos casos en situación de calle, y  droga para no psicotizar.

Por otro lado, Riviere (1970) plantea la importancia,  no sólo de la indagación acerca de lo grupal, sino del posicionamiento profesional y de una práctica comprometida con los sectores sociales más agredidos por este modelo que es el  capitalismo El autor recomienda entonces trabajar rescatando y recreando diversas formas de lucha y organización, promoviendo vínculos solidarios,  fortaleciendo la identidad y potenciando la dignidad, con el eje del derecho a la palabra, el trabajo y la justicia social.
Esta propuesta de reducción de daños es global, pues no solo se centra en el problema de la adicción con una visión social-grupal, sino que promueve la organización social como herramienta indispensable para lograr una solución estructural al problema. Este modelo centra la atención a los problemas de la mayoría oprimida, y promueve una nueva praxis psicológica, que permite no sólo conocer la realidad, sino también potenciar lo negado por el ordenamiento social.
En este sentido, la educación popular es la base de la organización, y en términos de Baró (1985a, 1985b) tiene por objetivo la desideologización para propiciar una nueva  “búsqueda de la verdad”. En sus palabras, “desideologizar significa rescatar la experiencia original de los grupos y personas y devolvérsela como dato objetivo, lo que permitirá formalizar la conciencia de su propia realidad verificando la validez del conocimiento adquirido” (Baró, 1985). Esta desideologización es realizada, en un proceso de participación crítica en la vida de los sectores populares, lo que representa una cierta ruptura con las formas predominantes de investigación y análisis.
En esta tarea de educación popular se plantea el trabajo con usuarios y allegadas/os  teniendo en cuenta la realidad y condiciones del intercambio, tanto en el análisis de la situación como la metodología del abordaje, generando construcciones conjuntas.
Paulo Freire (1969: página) afirmó “confiamos siempre en el pueblo. Negaremos siempre fórmulas dadas. Afirmamos siempre que tenemos que cambiar junto a él, y no solo ofrecerle datos”. Esta concepción freiriana del respeto por las expresiones populares y la defensa de la cultura de los oprimidos, es fundamental para comprender su contexto y entender, que lejos de ser una población ignorante, son personas a las que les ha sido cercenado el derecho a expresarse y confinado a vivir una cultura del silencio, debido a la opresión de la que son víctimas.







El modelo fue propuesto por Prochaska & DiClemente (1982) quienes, basados en su experiencia en psicoterapia, observaron que la gente pasaba por estados de cambio similares sin importar el tipo de psicoterapia aplicada. Dicho modelo intenta describir los cambios por los cuales una persona atraviesa en el proceso de cambio de una conducta problema a una que no lo es, considerando a la motivación como un factor importante en el cambio conductual y atribuyéndole al sujeto el rol activo y concibiéndolo como un auto-cambiador del comportamiento. El modelo se acompaña de otros elementos, además de la motivación, que a opinión de sus autores influyen en el cambio de conducta, dichos elementos son: las etapas de cambio, el proceso de cambio, el balance decisional y la autoeficacia.

miércoles, 9 de enero de 2013

ENTREVISTAS:  ERIC LAURENT Y LA GUERRA CONTRA LA MEDICALIZACION DEL MUNDO 

YO NO QUIERO VOLVERME TAN LOCO

Se dice que habitamos una época donde todo se evalúa, se mide, se clasifica, se categoriza. Es decir, lo contrario a lo que pretende el psicoanálisis. ¿Esto es así?
–Efectivamente. La pregunta por la singularidad es el horizonte del psicoanálisis, incluso en el mundo contemporáneo, donde el sujeto está sometido a sistemas de clasificación, vigilancia y evaluación permanentes. Esos sistemas, en el campo de la “salud mental”, llamémoslo así, no pueden evitar los puntos de fuga y el malestar, no pueden abolir el inconsciente. Por esa razón, entre otras, existimos los psicoanalistas.

¿Cómo están organizados esos sistemas y por qué la diferencia (con el psicoanálisis, con la práctica artística) se ha vuelto tan notoria?
–Bueno, es un lugar común hablar hoy del fin de la intimidad, de la privacidad, etcétera. Eso sucede porque acompaña un movimiento de época hacia las clasificaciones y la vigilancia. El campo donde opera el analista está organizado ahora por sistemas de clasificación múltiples siendo el más importante el DSM (Manual de Diagnóstico y Estadística de los Desórdenes Mentales) que elabora la Asociación Americana de Psiquiatría y que en mayo de 2013 conocerá su quinta versión (aunque en rigor, ya se aplica). La ambición del nuevo DSM es diseñar una clasificación que pueda aplicarse y cambiar a gran velocidad; que permita establecer y deshacer categorías que tienen diez o doce años y pasar a otras. Es un sistema que fue adaptado a la época. Por un lado, una clasificación amplia, global, veloz y variable que se adapta a la sintomatología que está de “moda” en el malestar. Es un ideal de medicalización general de la existencia. Los ataques al psicoanálisis (que vienen desde tiempos de Freud) ahora son más agresivos y están financiados por cierta prensa y por los laboratorios farmacéuticos, a punto tal que existen grupos de presión para prohibir la práctica analítica especialmente en los casos de autismo y depresión. El presidente de mi país, François Hollande, está a punto de emitir la prohibición del tratamiento psicoanalítico para los autistas, guiado por un informe que no tiene validez científica alguna. Y acá mismo, en la provincia de Santa Fe, logró revertirse esa prohibición, que dejaba las manos libres al cognitivismo y a los psiquiatras de laboratorio, gracias a la intervención de algunos psicoanalistas que contaron con el apoyo de Judith Miller y de Jacques-Alain Miller. Pero no diría que es una pelea despareja –en cierto sentido lo es– porque prefiero pensar que son las nuevas condiciones, los nuevos desafíos, y que es necesario estar a la altura de esos desafíos, es decir, darse una política.

¿Cómo sería esa política?
–Dar una respuesta al avance de la ideología cognitivo-comportamental, a la concepción biologizante propuesta por el DSM. Sus estrategias de evaluación, que hoy dominan el campo, excluyen la eficacia del psicoanálisis.

Dicho así, parece una tarea titánica.
–Parece. Porque también hay que saber que esos sistemas conocen una crisis importante. Es cierto que el DSM está divulgado en las zonas más extensas del mundo, pero al mismo tiempo, su ampliación lo ha puesto en crisis.

¿Cuál es la situación?
–En el último congreso de la American Psychiatric Association (APA), en junio pasado, se hicieron evidentes las tensiones entre los grupos que dominan la psiquiatría norteamericana. Por ejemplo: sucedió por primera vez que se difundieran cartas de protesta escritas por los responsables de las ediciones previas del DSM, de la cuarta y de la tercera versión. Hay dos psiquiatras, de los cuales Allen Frances es el más sólido, que escribieron cada uno una carta, y otra en conjunto, dirigida a la cúpula de APA, denunciando al equipo que está redactando la quinta edición del DSM. Los describen como una banda de irresponsables que no tienen idea de lo que están produciendo y que no han hecho testeos serios y todavía más, que esa metodología es susceptible de producir una serie de catástrofes sanitarias y de las otras (el asesinato de 28 personas por una persona medicada y tratada por conductistas es el ejemplo más reciente). Para Frances, “hay muchas sugerencias de que el DSM V podría dramáticamente incrementar las tasas de trastornos mentales. El DSM V podría crear decenas de millones de nuevos pacientes mal identificados, exacerbando así los problemas causados por un ya demasiado inclusivo DSM IV. El V promueve la inclusión de muchas variantes normales bajo la rúbrica de enfermedad mental, con lo cual el concepto central de trastorno mental resulta enormemente indeterminado”. Es notable, existe una reacción contra la medicalización excesiva y los casos testigo son el déficit de atención generalizada y los supuestos casos de autismo y depresión en niños. Y es llamativo, claro, que aquellos que redactaron el DSM III se hayan puesto en contra de quienes están redactando la nueva edición. Pero lo que no ven es que las críticas que hacen ahora también se podrían haber hecho contra las ediciones que ellos establecieron.

¿Entonces?
–Entonces, según el DSM V, todos padecemos algún trastorno mental. Y todos necesitamos tratamiento medicamentoso. Y esto no es sólo una cuestión de intereses económicos sino de una concepción del hombre como una máquina a la cual se le cambia un chip y vuelve a la normalidad. Frances y su colega el peligro que denuncian es la posibilidad de hacer existir una categoría que pueda incluir a alguien sin que exista un fenómeno clínico bien establecido. Un nivel preclínico, de intensidad baja.

¿Un ejemplo?
–En el campo de las depresiones. Si alguien tiene un rasgo de tristeza, en el DSM está incluido como depresivo. Eso implica que los protocolos ad hoc indican la prescripción de antidepresivos durante largos períodos. El DSM V es la medicalización de la vida en el mayor rango de amplitud conocido hasta el momento. Los que están redactando el documento piensan que están dando un paso más hacia la salud mental y defienden su posición, pero las tensiones son muy fuertes, sobre todo ahora, con la instalación, en los Estados Unidos, del sistema de salud propuesto por el presidente Obama y el senador John Kerry, porque quienes auditan los gastos se niegan a pagar más dinero a los laboratorios farmacéuticos. Estamos hablando de sumas desconocidas con las indicaciones de prescripción. Como puede verse, la disputa no es sólo en el interior de la psiquiatría sino también entre la psiquiatría y las instancias de control estatales, las burocracias sanitarias. La tensión es tan grande que Frances propone sacar al DSM de la APA. Este hombre considera que dada la situación, la que tendría que hacerse cargo de la cuestión podría ser la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Es una tensión en varios niveles...
–Por un lado, están los trastornos de atención, las drogas, la bipolaridad, las masacres en centros de estudio o shoppings, la sociedad del doping, del bullying, todo eso representa un enorme mercado, el “mercado de la salud”. El Ritalín, psicólogos, psicopedagogos, antidepresivos, ansiolíticos... Esto se encuentra a un tiempo en auge y en crisis. ¿Por qué? Porque es contradictorio con el otro movimiento mundial, que implica, en pocas palabras, atender a la singularidad del uno por uno. Por eso la reforma Obama-Kerry es de estricta justicia y enfrentó a tipos tan retrógrados como los mormones o el Tea Party.

Y por eso este eje farmacológico del DSM se enfrenta al psicoanálisis: para plantearse la posibilidad de un análisis es imprescindible, en principio, estar módicamente “sano”.
–Por supuesto. En Europa y los Estados Unidos existe una cantidad de pacientes que han denunciado a los laboratorios por esconder los resultados negativos de los estudios de confirmación de patologías a las instancias de control estatal. El otro problema que agudizó la reforma Obama-Kerry es que las aseguradoras médicas están obligadas a pagar más por los tratamientos. La extensión de la prescripción de medicamentos en patologías cada vez más diversas y el aumento de los gastos para las prepagas por primera vez pusieron en jaque a la industria farmacéutica.

¿A qué se refiere cuando habla de un movimiento que pide atender la singularidad del uno por uno?
–Digámoslo así. Existe eso que Miller llamó la feminización del mundo. Es el hecho de que las mujeres tienen cada vez más poder, más maneras de hacerse escuchar, formas de ubicarse más allá del machismo, del sistema patriarcal. En las elecciones norteamericanas, las comunidades que decidieron la reelección de Obama fueron las mujeres y los latinos, y especialmente las mujeres no casadas. El 65 por ciento votó por Obama, y también el 70 por ciento de los latinos. Es un poder nuevo. Ya no son los hombres los que dicen a las mujeres lo que hay que votar. Es más bien al revés. Son las mujeres quienes han dicho a los hombres que no había que votar a gente que quería desmantelar las conquistas sociales de los ’60.

Eso es un poco impresionista...
–Bueno... este movimiento de hacerse escuchar por parte de las mujeres tiene entre sus consecuencias una llamada a la diferenciación. Como dice Lacan, las mujeres no son locas del todo. Carecen de afán clasificatorio. No se ubican, respecto de lo común, de la misma manera que los hombres. Y esto implica una llamada a vivir su vida de manera singular, particular. No es un nuevo individualismo de masa sino una particularización. Es la idea de ser tratadas en su particularidad. Es una exigencia menos individualista que particular. Y esta insistencia femenina tiene efectos en la elaboración de políticas más allá de lo que fue el feminismo. Eso se mantiene. Pero existe una suerte de posfeminismo que insiste sobre la particularidad de la relación con el otro que hay que mantener a todos los niveles del lazo social.

¿Cuál es la tarea de un psicoanalista en esta doble pinza?
–Creo que es tener en cuenta este doble movimiento para permitir que uno pueda inventarse una solución posible para vivir la pulsión. Es una época donde hay ofertas contradictorias presentes en el malestar común. Japón quizá sea un ejemplo. En el movimiento hacia la clasificación, ese país no tenía la categoría de depresión en su cultura. Los japoneses se mataban, pero no eran depresivos. No existía en su cultura la idea de que uno se mata porque es depresivo. La presión contemporánea obligó a los laboratorios a inventar el llamado “catarro del alma”, y el remedio para ese catarro del alma. Así, esa categoría terminó siendo aceptada. Eso abrió un mercado nuevo para la difusión de los antidepresivos. Pero también se ven los esfuerzos de diferenciación que introduce la cultura del manga, cierta literatura y el vestuario increíble de las jóvenes japonesas, que antes, cuando entraban en el subte, se veían, todas, unas iguales a las otras.

¿Y qué papel hay para la biopolítica en este escenario?
–Michel Foucault empezó a utilizar el concepto de biopolítica. Si antes el Estado provocaba guerras, en el Estado de Bienestar no hay guerras, o hay ejércitos profesionales. Los ciudadanos no tienen por qué morir. El Estado se ocupa de ellos. Define, cada vez más, cómo viven, si toman tóxicos, si fuman, si beben, qué comen, si son obesos, diabéticos, etcétera. Es decir, el Estado se centra en los detalles de la vida de una manera inédita. La manera es controlar la disciplina del cuerpo. La medicina define el curso de las cosas de acuerdo con el trastorno que padece el sujeto según el diseño de las clasificaciones imperantes. Pero eso era antes. Ahora podría decirse que la biopolítica es la política."