Clínica sobre la Histeria
Introducción
El curso de este año 2012, comenzamos con una jornada
donde los miembros de APPA (Arandú) expusieron sobre los primeros textos de Sigmund Freud sobre la histeria. La razón de que comencemos
por los textos inaugurales, es porque en ellos asistimos al nacimiento del
Inconsciente in status nascendi.
Aquellos que se inician en la lectura del creador del psicoanálisis,
generalmente reciben la recomendación de leer las conferencias que dictó Freud
en sus viajes de difusión de su teoría. Incluso
se recurre al muy mentado “Esquema
del Psicoanálisis”, que escribió Freud muy probablemente en Viena durante
el período de espera para conseguir su pasaje a Londres y librarse de la
Gestapo (hacia junio de 1938, según su biógrafo y discípulo Ernest Jones).
Este texto titulado Esquema del psicoanálisis y en alemán Abriss der Psychoanalyse –que lo recomendamos con énfasis- contiene toda la síntesis de su obra, de la mano de su genial creador…pero no obstante nosotros preferimos siempre empezar por las lecciones iniciales, porque en ellas el aprendiz de psicoanálisis encontrará las angustias, las ofuscaciones, la zozobra de Freud al ir arribando a la conclusión paradojal de que: existía una consciencia inconsciente.
Todo el aparato racional de este heredero del Iluminismo se violentaba ante tal descubrimiento. No podía ser posible tamaño escándalo para la razón. Es cierto que al presentar los textos pioneros , tenemos que limar algunas aseveraciones que han sido modificadas en el curso de la vida intelectual del autor, pero aún así, nosotros preferimos la aventura de internarnos en la selva originaria y seguirle los pasos al genial descubridor.
Sabemos que “Comunicación Preliminar” (1895) no diferencia expresamente la parte escrita por Breuer de la escrita por Freud. Sin embargo, enseguida nomás notamos la parte que escribió cada uno. En efecto, esta obra primeriza que trata sobre el mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos, comienza con un inventario de síntomas.
Comienza como un aburrido y acartonado registro de conductas de las histéricas de su época…Y al rato nomás, somos testigos del vuelo del genio cuando asevera ( no lo dice, pero ya sabemos que entró Freud en escena) que: “el histérico sufre de reminiscencias”. En ese momento asistimos a las penurias y alegrías del nacimiento de lo que va a arribar a ser el Inconsciente. En efecto, en primer lugar, vemos cómo el investigador no señala como causa ninguna razón somática sino un elemento totalmente heteróclito: una representación psíquica.
Desde los tiempos de Hipócrates (Siglo V
a.c.) las dolencias orgánicas tenían
causas orgánicas…y de pronto este joven médico pobretón ¡dos mil años después del griego!
dice que las causas de la histeria son los recuerdos. ¿No sienten que tiemblan las paredes del
Templo ? O de cualquier hito que Uds. consideran inamovible? ¡Pues bien!
Por primera vez en la historia de
las ideas, aparece un elemento inmaterial , significante, hundiéndose en
la
carne y produciendo síntomas somáticos. Es
una verdadera ruptura epistemológica. Bueno,
señores, entonces irán viendo porqué elegimos textos inaugurales.
En “Psicoterapia de la Histeria”, ya vemos cómo Freud se orienta hacia
el origen de los síntomas, tomando como puentes semánticos a las
verbalizaciones de sus pacientes femeninas.
En “La sexualidad en la etiología”, Freud nos explica las “neurosis
actuales”, que se originan en la
sexualidad genital . Si bien es cierto
que son mucho más importantes las “psiconeurosis” como origen de una
neurosis - pues abrevan de la sexualidad
infantil - Freud nunca se desdijo de la importancia de
esta causa actual de una neurastenia o de una neurosis de angustia.
En el caso Catalina, Freud nos muestra cómo oyendo las asociaciones de esta atribulada camarera de un hotelito de montaña, encontró la correspondencia entre sus síntomas y unas situaciones vitales, que inconscientemente ella las teatralizaba. De modo que ya en los albores de su clínica, Freud nos enseña que los síntomas son mensajes cifrados, a la espera de un descifrador. Esos descifradores somos nosotros los analistas que adeudamos con estas bellas histéricas el que nos hayan legado sus vivencias y las narraciones de sus vivencias a fin de ayudarnos a conocer lo que con el tiempo Freud nos presentaría como “la legalidad del Inconsiente” o sea sus leyes y su dinámica.
En “La
etiología de la histeria”, se
insiste sobre la importancia de la vida sexual infantil. En “El estudio comparativo de las parálisis”, lo importante de rescatar (y Freud lo hace
con una maestría que nos emociona) que una parálisis histérica está causada
porque “ una palabra ha salido del
comercio asociativo de las ideas” .
Entonces, esa idea separada del
círculo de ideas a la que pertenece, es la causante de la disfunción del
órgano.
En el caso Catalina, Freud nos muestra cómo oyendo las asociaciones de esta atribulada camarera de un hotelito de montaña, encontró la correspondencia entre sus síntomas y unas situaciones vitales, que inconscientemente ella las teatralizaba. De modo que ya en los albores de su clínica, Freud nos enseña que los síntomas son mensajes cifrados, a la espera de un descifrador. Esos descifradores somos nosotros los analistas que adeudamos con estas bellas histéricas el que nos hayan legado sus vivencias y las narraciones de sus vivencias a fin de ayudarnos a conocer lo que con el tiempo Freud nos presentaría como “la legalidad del Inconsiente” o sea sus leyes y su dinámica.
Mara Vacchetta Boggino
Encargada de la enseñanza de Appa-Arandú
Resúmenes
Estudios
sobre la histeria [1895]
Es una obra escrita en colaboración de Josef Breuer y Sigmund Freud, publicada en el año 1895. En el primer capítulo, lleva como título “Mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos” y como subtítulo “Comunicación preliminar”[1893].
Es una obra escrita en colaboración de Josef Breuer y Sigmund Freud, publicada en el año 1895. En el primer capítulo, lleva como título “Mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos” y como subtítulo “Comunicación preliminar”[1893].
Comunicación preliminar, es una introducción que Breuer y Freud hacen para adentrarse en el tema de la histeria, sirviendo así como preparación y estableciendo puntos para llegar al tema. No se trata todavía del psicoanálisis creado por Sigmund Freud.
Los autores, en este primer capítulo se refieren por primera vez al método catártico (catarsis y abreacción), subrayando el carácter psíquico y traumático de la histeria, demostrando que es una enfermedad psíquica y curable mediante una terapia de la palabra, si la persona sufre de reminiscencias, de representaciones ligadas a los afectos enterrados y no de trastornos orgánicos, puede ser curado mediante la verbalización de dichos afectos, de allí la idea de emplear en lugar de la sugestión, una cura por la palabra.
Estos médicos observan que el simple examen del paciente no basta por penetrante que este sea, por las siguientes razones:
- Por tratarse muchas veces de sucesos que al sujeto desagrada rememorar,
- Por tratarse de sucesos que realmente el sujeto no recuerda (no recuerda lo buscado).
- Por tratarse de sucesos que el sujeto ni sospecha tiene conexión causal del proceso motivador con el fenómeno patológico.
Breuer y
Freud utilizaban entonces la hipnosis (hipnotizar al paciente) para despertar
los recuerdos de la época en que el síntoma apareció por primera vez.
Reconocieron que en la histeria traumática, es el accidente lo que provoca el síndrome y en los que sufren de ataques histéricos es posible deducir que en todos y cada uno de sus ataques vive de nuevo por alucinación aquel mismo proceso que provocó el primero que padecieron evidenciándose la conexión causal; también reconocieron que existen síntomas considerados como productos espontáneos de la histeria que poseen con el trauma causal una conexión tan estrecha, por ejemplo las neuralgias (jaquecas) y anestesias de formas muy distintas, contracturas y parálisis, vómitos persistentes, anorexia, tics, perturbaciones de la visión, alucinaciones visuales continuas, etc.
Con frecuencia, la causa de los fenómenos patológicos, que el paciente presenta, está en sucesos de su infancia. Cualquier afecto que provoque los sentimientos penosos del miedo, la angustia, la vergüenza o el dolor psíquico puede actuar como trauma. De la sensibilidad del sujeto depende que ese suceso adquiera o no importancia traumática.
La conexión del trauma psíquico con el fenómeno histérico (manifestación histérica) consiste en que el recuerdo del trauma psíquico actúa como un cuerpo extraño que continúa ejerciendo sobre el organismo una acción eficaz y presente aunque haya transcurrido mucho tiempo.
La pérdida de afecto de un recuerdo depende sobre todo de que el sujeto reaccione o no enérgicamente, la reacción del sujeto al trauma psíquico solamente alcanza un efecto catártico si el sujeto encuentra en la palabra un sustituto del hecho y acompañado de una descarga emocional, por medio de la cual un individuo se libera del afecto ligado al recuerdo de un acontecimiento traumático.
Los recuerdos que han llegado a
constituirse en causas de fenómenos histéricos se han conservado con
maravillosa nitidez y con toda su carga afectiva a través del tiempo, sin
embargo, las personas que padecen de estos fenómenos histéricos no disponen de
estos recuerdos ya que no han sido suficientemente descargados por reacción. La historia
de Anna O. es uno de los mitos fundadores del psicoanálisis. Fue Anna O.,
paciente de Josef Breuer, quien le puso el nombre de "cura por la palabra" a un
tratamiento que se realizaba con palabras y limpieza de chimenea para designar
una forma de rememoración.
Fue en esa publicación “Estudios sobre la histeria” en la que los autores Breuer y Freud propusieron una nueva definición de la histeria como enfermedad de reminiscencias psíquicas, presentando un método inédito de tratamiento basado en la catarsis (purga o eliminación de afectos enfermizos) y la abreacción (revivir los acontecimientos traumáticos que están ligados a los afectos).
Lidia Saggia
Estudio comparativo de las Parálisis Motrices Orgánicas e Histéricas [1893]
Parálisis Periférico Espinal (Bulbar)
Por daño en la médula espinal: ejemplo, fractura de la columna vertebral por efecto de un accidente automovilístico.
Parálisis Cerebral
Por daño en la corteza cerebral: ejemplo, accidente cerebro vascular (ACV)
¿Cómo distinguió Freud la parálisis histérica de la orgánica?
En la parálisis orgánica existe una lesión de los tejidos del sistema nervioso.
En la parálisis histérica no se percibe ningún tipo de lesión orgánica
¡Como puede haber parálisis si no hay lesión orgánica!
¿En qué consiste la Parálisis Histérica?
¿Cómo puede existir la parálisis de un miembro si no hay una lesión en la corteza del cerebro o en la médula espinal?
La lesión de la parálisis histérica será una alteración, por ejemplo, de la idea de brazo que se tiene vulgarmente.
La idea de brazo queda imposibilitada de entrar en asociación con las demás ideas que constituyen el YO.
- Esta alteración funcional es causada por la permanencia de esta concepción en una asociación subconsciente, con el recuerdo del trauma, y que esta concepción no se liberta y hace accesible, en tanto que el valor afectivo del trauma psíquico no ha sido eliminado por medio de la reacción motriz adecuada o del trabajo psíquico consciente
- “La lesión de las parálisis histérica debe ser completamente independiente de la anatomía del sistema nervioso, puesto que la histeria se comporta en sus parálisis y demás manifestaciones como si la anatomía no existiese, como si no tuviese ningún conocimiento de ella”
La Etiología de la Histeria [1896]
"Los síntomas de la histeria derivan de ciertos sucesos de efecto traumático vividos por el enfermo y reproducidos como símbolos mnémicos en la vida anímica del mismo” (Breuer)
- Dirigiendo retroactivamente la atención del sujeto desde el síntoma a la escena en la cual y por la cual surgió el síntoma, y una vez establecida la relación entre ambos, el síntoma desaparece.
- En la reproducción de la escena se realiza una especie de rectificación póstuma del proceso psíquico en ella desarrollado.
- Sometiendo al análisis una serie entera de síntomas llegamos al conocimiento de una serie correlativa de escenas traumáticas, vinculadas a las causas de la histeria.
Ningún síntoma histérico puede surgir de UN sólo suceso real. Las escenas traumáticas no forman series simples; sino conjuntos ramificados, de estructura arbórea, y en cada nuevo suceso actúan como recuerdos dos o más anteriores.La cadena de asociaciones posee siempre más de dos elementos.
Aquellos raros casos en los que el análisis refiere enseguida, del síntoma a la escena traumática, con adecuación determinante más fuerza traumática suficientes y con tal referencia lo suprime, contradicen lo antedicho; más en estos casos también actúa una concatenación de recuerdos que van mucho más allá de la primera escena traumática, aún cuando la reproducción de esta última pueda producir por sí sola la supresión del síntoma.
“Las experiencias sexuales infantiles, consistentes en estimulación de
los genitales, actos análogos al coito, etc. han de ser consideradas en
un último análisis como aquellos traumas de los cuales parten la
reacción histérica”.
Puntualizando: para la producción de un síntoma histérico es necesario que exista una tendencia defensiva contra una representación penosa, esta representación ha de hallarse enlazada lógica y asociativamente con un recuerdo inconsciente, por conducto de elementos intermedios más o menos numerosos, que por el momento permanecen también inconscientes, el contenido de dicho recuerdo inconsciente ha de ser necesariamente sexual y consistir en un suceso acaecido en determinado período infantil.
Se trata de un problema puramente psicológico.
Para finalizar:
- Todo caso de histeria presenta síntomas cuya determinación no procede de sucesos infantiles, sino de otros ulteriores y a veces recientes, si bien otra parte de los síntomas depende, desde luego, de sucesos de las épocas más tempranas.
- En ocasiones son detalles accesorios de estas escenas sexuales infantiles los que en años posteriores alcanzan un poder determinante con respecto a los síntomas de la neurosis.
- La fuerza determinante de las escenas infantiles se oculta a veces tanto, que un análisis superficial no logra descubrirla.
- Los síntomas histéricos se hallan superdeterminados. La representación que es elegida para síntoma es aquella que es hecha resaltar por laacción conjunta de varios factores y despertada simultáneamente desde
diversos lados.
- Hay una aparente desproporción en el histérico entre el estímulo psíquicamente excitante y la reacción psíquica. En realidad estareacción es proporcional al estímulo excitante y, por tanto, normal y
psicológicamente comprensible.
- La importancia etiológica de los sucesos sexuales infantiles no aparece limitada al terreno de la histeria, extendiéndose también a la neurosis obsesiva e incluso, quizá, a la paranoia crónica y a otras psicosis funcionales.
El carácter activo o pasivo del papel desempeñado por el sujeto en las escenas sexuales infantiles ejerce una influencia determinante sobre la elección de la neurosis ulterior.
Ofelia Martínez
Psicoterapia de la histeria [1895]
Aplicación del Método
Psicoterapéutico enunciado por Freud en la “Comunicación Preliminar”
¿Como actúa?:
“Anula la eficacia de la
representación no descargada por reacción en un principio, dando salida, por
medio de la expresión verbal, al afecto concomitante, que había quedado
estancado, llevándola a la reacción asociativa por medio de su atracción a la
conciencia normal”.
Aplicabilidad: En un principio se aplicaba por medio de la hipnosis
del paciente, con lo que se llegaba a las representaciones patógenas reprimidas
que originaban los síntomas histéricos.
Dificultad: no todos los pacientes eran hipnotizables; los
síntomas eliminados bajo hipnosis, volvían a reaparecer. Resultaba un
método sintomático, no causal, dado que la expresión verbal del paciente
ocurría bajo hipnosis. La aplicación del método se
comenzó a realizar bajo sugestión y luego definitivamente con la
“asociación libre”
Freud manifiesta que este
procedimiento resultaba en la realización de un esfuerzo por parte del
Analista. Esto implicaba, que el paciente estaba presentando una resistencia
al recuerdo de las representaciones patógenas y que dicha resistencia estaba
sostenida por una Energía de Represión.
Primer Concepto incorporado por Freud: LA RESISTENCIA
Esa energía debería ser igual a la Energía de Repulsión del YO que intenta eludir, olvidar, eliminar de su asociabilidad, la representación que le resulta intolerable. El YO utiliza la represión como un método de defensa.
Segundo Concepto incorporado por Freud: LA DEFENSA
A través del apremio por la
aplicación de manos en la frente (en un comienzo), luego remplazado por el
método de la “Asociación Libre”, el paciente accede a representaciones
intermedias entre la conciencia y el núcleo patógeno: ellas van mostrando el
camino a través de sucesivos estratos de resistencia formados alrededor del
Nódulo Patógeno, siguiendo hilos lógicos de los recuerdos, que lo llevarán
hasta él.
Su herramienta para lograrlo será
la escucha de los quiebres en el discurso: lapsus, olvidos, actos
fallidos, silencios; también la interpretación de sueños y chistes.
Así se llega a las últimas
resistencias y a la o las representaciones patógenas reprimidas que originaron
los síntomas.
Lo que más asombró a Freud, fue
el comprobar que ese material psíquico patógeno, aparentemente olvidado se
encontraba en un orden parecido al del YO normal, a pesar de no estar a su disposición
ni cumpliendo ningún papel en la memoria ni en su asociabilidad.
Freud se resistía a pensar que
pudiese haber una inteligencia consiente y otra no consiente donde se instalaba
el Nódulo y la mayoría de los estratos de resistencia. Hasta que tuvo que
admitir “cosas extrañas” ocurridas en la terapia.
En tercer lugar, había conceptualizado otro de los descubrimientos fundacionales del Psicoanálisis: EL INCONSCIENTE
Ese “orden” percibido por Freud,
que había encontrado en común entre lo consiente y lo inconsciente, fue
precisado por Lacan cuando dijo “El [saber del] Inconsciente está estructurado
como un lenguaje”.
Para llegar a esta resolución del
conflicto neurótico es fundamental que la relación Paciente-Analista genere
motivos para vencer la resistencia. Para el paciente es común, que
colaborar con el analista, represente un esfuerzo muchas veces penoso, por la
actualización de las representaciones patógenas.
Por tal motivo debe compensarse por algún subrogado de tipo emocional: un sincero interés por el paciente y el ponderar su esfuerzo, por el valor demostrado para superar su pudor o su temor.
Cuando se rompe esa relación,
desaparece la colaboración. ¿Cuándo ocurre eso?:
·
Cuando el paciente se siente descuidado, menospreciado, ofendido.
·
Cuando el paciente se ve presa del temor de quedar dependiente del Analista.
·
Cuando el paciente se aterrorice al ver que está transfiriendo sus
representaciones displacenteras al Analista.
Esta transferencia sucede
por desplazamiento de un afecto ligado a un recuerdo, que es transferido al
Analista por la particularidad del vínculo analítico. Es un falso enlace que
puede llevar a confusión al paciente y generar resistencia, pues la declaración
del deseo reprimido se vuelve particularmente difícil, cuando debe hacerse a la
misma persona a la que apunta.
Aparece el cuarto concepto
importante en la génesis del Psicoanálisis: LA TRANSFERENCIA.
El Analista deberá advertir al
paciente de lo que está ocurriendo, para que no puedan remplazarse viejos
síntomas por uno nuevo, surgido espontáneamente en la transferencia.
Este texto (1893-1895) es de
fundamental importancia, ya que muestra cómo Freud va descubriendo conceptos
fundamentales de lo que más tarde sería: el Método Psicoanalítico, en la cura
de las neurosis: Resistencia – Defensa – Inconsciente – Transferencia.
Daniel Salas