jueves, 15 de septiembre de 2011

PRE-TEXTOS


HACIA EL TERCER ENCUENTRO DEL PSICOANÁLISIS CON LA  HISTORIA Y LA  CULTURA
 El síntoma de cada uno en la cultura globalizada

*Síntoma analítico y síntoma social

*Psicología de las masas y política del psicoanálisis

*El inconsciente entre lo cultural y lo singular

*Futuro del psicoanálisis en la sociedad global


16 y 17 DE SETIEMBRE

SALA MOLIERE ALIANZA FRANCESA

(MCAL. ESTIGARRIBIA 1039 C/ EEUU)

Asunción - Paraguay

 INFORMES: (0984) 285-073, 210-382, 210-503, (098) 965-332




Una ciudad esconde múltiples aspectos que hacen a su trama cotidiana. En ella y en quienes la habitan impactan de modo diferente hechos y circunstancias que la transforman.


Es el caso de Encarnación, desde donde nos llega esta contribución por parte de Dolly Sosa, ciudad sede en la actualidad de transformaciones que afectan a los pobladores dando lugar a configuraciones alejadas de lo que fuera en otros tiempos la región y acercándola mas a cualquier ciudad latinoamericana con las incidencias de los mass-media, suburbios de hollywood al decir de Néstor García Canclini.


La autora hace un recorte de un sector de la población, jóvenes púberes, y estudia su actualidad valiéndose de las tesis freudianas sobre las identificaciones, la constitución de los ideales y la voz imperativa del superyó.


Entre la multiplicidad de ofertas de objetos listos para llevar, como en la recordada zona baja, y la apelación a las tradiciones hay un llamado a la intervención del psicoanálisis en los debates públicos.


Christian Gómez




Subjetividad y juventud encarnacena

Por Dolly Sosa 



El eje de este trabajo será nuestra inquietud ante una inmensa población juvenil que sufre el impacto de una urbanización acelerada de nuestra ciudad Encarnación, sostenidos apenas de los resguardos amparadores del Ideal del Yo. Vamos a tomar como eje obras capitales de Freud para el estudio de las identificaciones y los ideales, tales como Introducción al Narcisismo (1914); Psicología de las masas (1921); El Yo y el Ello” (1923); Nuevas lecciones introductorias al Psicoanálisis (1932).

Las identificaciones, son operaciones constituyentes del humano. En primer lugar, tenemos las identificaciones originarias, que son con el padre (con el lenguaje dirá Lacan y nosotros nos sentimos tentados a agregar aquí, identificaciones imaginarias con la nacionalidad y la ciudad, pues creemos que este imaginario emerge anclado en lo simbólico).

Luego, siguiendo a Freud del capítulo VII de Psicología de las masas, tenemos las identificaciones como forma primaria de lazo afectivo con el objeto; como sustitutivo de una relación de objeto abandonada y otras sin ninguna interferencia de lo sexual, simplemente producidas por el descubrimiento de rasgos comunes entre los sujetos (identificación al rasgo).

Consideramos que nuestros jóvenes púberes y adolescentes de Encarnación que son una inmensa mayoría, están expuestos a identificaciones caóticas, al tratarse de las identificaciones sin coherencia alguna y sin aspiración de síntesis tampoco, por más que es cierto también que como dice Freud, es lícito el empleo literal de “múltiples personas psíquicas”.

Fijémonos lo que nos dice una niña, cuya madre está por ser desalojada de su casa por el Ente Binacional Yacyretá debido a la reconfiguración poblacional para la inundación de su zona: “mi mamá está tan orgullosa de sus plantas, de sus malvones, de sus helechos y de sus árboles. Tiene plantas traídas de lugares más allá de Pozo Favorito, más allá del Parapití , que trajo su padre de la Guerra del Chaco. Dice mi mamá que eso no tiene precio………¡y le quieren pagar con plata!” Esa misma niña que entiende el valor de lo intangible, por otro lado se siente acomplejada porque no porta un blackberry……….

Ya no confiamos tanto como en épocas pasadas en el peso de las identificaciones tradicionales formadas en la familia (sustituto de una relación de objeto abandonada como son las secundarias edípicas) pues los hogares de padres separados o de madres que simplemente se han ido a “trabajar a España” es ahora una realidad cotidiana. De modo que no tenemos el resguardo ya ni siquiera de la “virgen serrana de Caacupé” porque la religiosidad está tomando cada vez más un cariz folclórico.

Dice José Bleger en “Simbiosis y ambigüedad”, que el Yo, la instancia psíquica del Yo, no se limita a la superficie de nuestro cuerpo sino que se extiende en los objetos y personas – que habitamos y que nos habitan.
En esa misma línea dice Freud que “cada individuo forma parte de varios grupos, se halla ligado desde varios lados por identificación y ha construido su ideal del yo según los modelos más diversos”.

En ese sentido, los jóvenes se identifican entre ellos y sin las identificaciones edípicas de nuestra época, los chicos se aglutinan en patotas para buscar escape al susto de vivir, en los estupefacientes de los cuales la moda actual es el crack! La gobernación y la Municipalidad están seriamente preocupados y por ello buscamos ayuda internacional y nacional (el programa nacional de prevención de drogas con el Dr. Fresco, de Prever) para reflexionar y afrontar este malestar que está tomando la forma de una epidemia!

Es en el YO y el Ello, donde figura por primera vez el término “superyó”, que en este texto se considera como sinónimo de Ideal del Yo y que tiene las funciones de prohibición e Ideal. En “Nuevas lecciones introductorias al psicoanálisis” el superyó aparece con las funciones de auto observación, conciencia moral y función del Ideal. Estas últimas acarrean, sentimiento de culpabilidad y sentimiento de inferioridad.

Nosotros observamos con preocupación que estas funciones reguladoras están faltando cada vez más al unísono con la sociedad de consumo que descarta los productos usados y los bota al basurero. Del mismo modo como en forma absolutamente frívola se opta por el último diseño del producto más novedoso, como si la novedad fuera necesariamente garantía de calidad!!! Y es así como se descartaron los discos de vinílico a favor de los CD, cuando que los técnicos del sonido siempre optan por los famosos Long play del año 60!!!

En este tiempo de la postmodernidad , Gilles Lipovetsky (La era del vacío) dice que la verdad ha dado paso a la seducción, la noticia veraz a aquello que uno quiere oír y ver (la tinellización de nuestra televisión local); la hiperinflación de la apariencia , donde nuestro cuerpo ha dejado de ser una “res extensa” para ser un instrumento de erotismo.

En ese sentido , es hora de que los psicoanalistas , pues el superyo, antes cruel y aniquilantemente opresivo, se ha extendido hasta permitirlo todo y como “si Dios ha muerto, nada está permitido” , dice Lacan parafraseando a Dostoievsky , los chicos ante el pánico de existir, se escapan con cualquier medio hacia islas de goce infinito ….de los que algunos ya no vuelven…..

Creo que los psicoanalistas deberían ser asesores de políticas públicas:
· No del modo empirista y chato de las ONGs que fracasan pese a que se gastan millones, sino aportando reflexiones sobre nuestro discurso tan postergado porque nosotros mismos no sabemos cómo dialogar con la Cultura.
· En ese sentido, los jóvenes están en una situación de emergencia: ellos deben abandonar su cuerpo infantil, sus padres omnipotentes y dar sentido a un cuerpo que aparece con una demanda nueva cual es una la sexualidad que le dará un lugar en la cadena generacional. O sea, subjetivizar esa maduración orgánica articulándola con la herencia de un deseo.
· Si no hay identificaciones primarias no hay identificaciones secundarias sino imitaciones, deformaciones bufonescas, payasescas, en donde los jóvenes se asimilan a un “como si” trabajaran, “como si” amaran, “como si” fueran buenos ciudadanos. Esto es, creo, la tarea del psicoanalista: tener voz ante las autoridades que diseñan los destinos de la ciudad para que el impacto sea de lo más armónico: que lo nuevo sea ”superación de lo viejo, pero conservando lo anterior”.

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