lunes, 25 de abril de 2016

Andrés Rivarola Queirolo: Un gran maestro


Andrés Rivarola Queirolo: Un gran maestro

Entrevista de Mara Vacchetta al Dr. Rivarola (1985)






En la Francia Bonapartista un médico de apellido Pinel liberó a los locos que eran atados con cadenas por causa de Ia violencia y Ia peligrosidad de los "cuerdos". En Paraguay, a mediados de la década del 40, el doctor Rivarola trajo un cambio de enfoque en el tratamiento de las personas  alienadas según los aportes de Ia ciencia, del psicoanálisis y de los valores humanistas. Su experiencia al frente del hasta hoy único hospital psiquiátrico estatal  “fue considerada como el primer abordaje de Psiquiatría Comunitaria en Sudamérica por Renato Alarcón, autor de un libro sobre el estado del arte en el continente”.[1] He aquí fragmentos de una entrevista inconclusa, realizada por Mara Vacchetta al doctor Rivarola en el año 1985.

La salud mental en Paraguay

“Cuando yo llegué del Uruguay -se había recibido de psiquiatra allí- los pacientes del asilo eran azotados. Había un tejido de tela metálica que rodeaba el hospital, del cual eran atados los pacientes más agitados. Ese hospital fue construido en un predio donado por la señora Francisca Haedo de Thompson y dirigido por una Comisión de Damas de Beneficencia antes de 1900. Lo encabezaba un médico argentino muy peculiar. Típico de las películas argentinas en donde los médicos psiquiatras están más locos que sus pacientes. Era hipomaníaco y una vez causó escándalo en Villarrica, en una conferencia cuando dijo: “tengo el honor de estar en la ciudad que más locos ha dado al manicomio nacional.” Cuando se percató del estupor de unos y la molestia de otros, concluyó diciendo que eso más bien era motivo de orgullo, pues la gente que transita por los caminos trillados, no enloquece. Se llamaba Ernesto Daniel Andía y entre alguna de sus ideas delirantes, estaba la de la infección focal, según la cual, una persona enloquece a causa de la infección en alguna parte del cuerpo. Muchos hombres quedaron desdentados a causa de que la locura estaba localizada en los dientes y muchas mujeres quedaron sin ovarios. Había llegado como voluntario durante la Guerra del Chaco. En la época de Arturo Bray, se lo envió de vuelta a su país de origen (gracias a Dios).

Desde 1927 el manicomio pasó a depender de la Facultad de Medicina y Cándido Augusto Vasconcellos López fue su director hasta 1930. Vasconcellos es el primer psiquiatra paraguayo, egresado en 1920, en Roma. Fue el primero en sacar las cadenas a los internados. Lo destituyeron por una campaña muy lesiva en su contra, iniciada por un paranoico. Vasconcellos había diagnosticado esa enfermedad mental a cierto sujeto que era abogado. Luego esta persona, que tenía dinero e influencias, generó una red de infundios ampliamente publicitados.

El siguiente fue Vallejos, que después se hizo pediatra pero al que las madres no les llevaban a sus hijos porque era médico de locos, razón por la cual, decidió renunciar a la psiquiatría. Tras él surge el doctor Álvarez, que había sido discípulo de Andía,  y que estuvo a cargo de la cátedra de psiquiatría, de la Facultad de Medicina, desde 1938  hasta hace unos años atrás. Hacia el año 1946, Álvarez se fue a los EE.UU. por un período de año y medio y durante ese tiempo, yo me hice cargo de la cátedra, y a la vez director interino del Hospital. Hicimos algunas cuantas reformas. Cuando volvió  Álvarez, en vista de las medidas enérgicas que tomó, y que implicaban un retroceso, yo renuncié. Desde entonces no volví más.

El Psicoanálisis

En 1942 se fundó en Buenos Aires la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y comenzó de inmediato con publicaciones científicas y de divulgación. El doctor Guillermo Vidal fue el primero en llegar al Paraguay. Era argentino, pero había estudiado medicina en Asunción. Juntos realizamos reformas en el hospital neuropsiquiátrico, en ausencia de Álvarez, quien a su regreso, con su conocida intransigencia, le prohibió a Vidal volver a pisar el hospital. Por eso, y en protesta a esa injusticia, yo renuncié.

En 1943 fui invitado a Buenos Aires a un Primer Congreso de... bueno, ellos no se animaron a llamarle Psicoanálisis. Se largaron a la palestra con gran agresividad y espíritu de cuerpo. Eran todos de la escuela inglesa: Garma (1), Pichon-Rivière (2). El motivo por el cual no se atrevían a autodenominarse freudianos a viva voz, era por el supuesto pansexualismo.

Yo estudié una psiquiatría organicista, pese a que ya había muchas ideas de Freud en el ambiente, no así en la facultad. De todos modos, antes de Pichon-Rivière, no hay nada serio. En aquel entonces yo trabajaba en el Centro de Salud, con Carrizosa padre (3). Cuando salimos, a causa de la politización  del Ministerio de Salud Pública, se fundó el lMESI. Como la cátedra de Psiquiatría en Medicina, a cargo de Álvarez seguía igual, a la Facultad de Psicología de la Católica, le tocó el papel de vanguardia. Actualmente dentro del hospital neuropsiquiátrico, resurge Ia tendencia organicista. Hay siempre un grupo mayor francamente organicista.

En los psicólogos prendió más la tendencia psicoanalítica. Pienso en la responsabilidad de ustedes porque el psicoanálisis no ha sentado aún sus reales. Además, requiere una inteligencia especial en la persona que lo practica y en la que se somete al tratamiento. Yo creo que tiene que darse una etapa de integración. Voy a decir una perogrullada, pero en el ser humano no solo está el factor somático sino también el psicológico y social.
                                                                    
El país, la juventud, el futuro incierto

Estamos en el siglo de la angustia. La inseguridad es sin precedentes. Esto incide en los jóvenes. La  depresión, la angustia, el temor, están en todos nosotros. El insomnio,  antes se trataba de curar con procedimientos mágicos y sin embargo ahora muchos recurren a profesionales. Tenemos más pacientes en el orden de la neurosis. Ahora está entrando Ia droga también. Pero en general hay menos prejuicios contra la psicología y todos los tratamientos psicoterapéuticos. Hay más pacientes de edad juvenil que consultan. La gente joven está sometida a muchas presiones. Ahora por ejemplo está actuando públicamente en contra de sus convicciones más íntimas y eso les trae un desequilibrio. Es de lo más chocante ver a los jóvenes del colegio nacional, a los obreros o a los periodistas, rindiendo homenajes, en actitudes deificantes al dictador Stroessner. Entre pensar que están en contradicción interior o que están convencidos de lo que hacen, prefiero pensar que se encuentran en lucha interna. De otro modo, pensaríamos que son irredimibles.

Los jóvenes de antes

Yo fui presidente del centro estudiantil en los años treinta. En aquella época, las luchas eran más religiosas que políticas: católicos contra anticatólicos. Los católicos liderados por alumnos del Colegio San José y los anticatólicos, por los del Colegio Internacional. A ninguno se nos habría ocurrido participar en los ajetreos de la política, en el sentido de posturas oportunistas. Nosotros decíamos “juventud incontaminada”. Veo con asombro, estudiantes de la escuela secundaria, que ya están afiliados y sometidos a las orientaciones de la Junta de Gobierno. Mi padre era diputado y tenía mucho predicamento con el presidente pero eso no significaba ningún privilegio para mí. Jamás se nos hubiera ocurrido a los jóvenes, como ocurre ahora, recurrir a la influencia de un partido para triunfar en una lucha estudiantil, ni por conseguir cargos de índole laboral. El tema que más agitó fue la defensa del Chaco.

El 23 de octubre

Eligio Ayala (4) manejó la Hacienda del país como si fuera propia, durante más de ocho años, porque fue presidente de 1924 a 1928, y de 1928 a 1932 Ministro de Hacienda. Y  conste que antes de su presidencia también estuvo en Hacienda, tuvo en sus manos los bienes del país y sin embargo murió pobre. En esa época se empezaron a comprar barcos y armas modernas. Los gobernantes tenían la convicción de que la guerra era inevitable. Pero todo ese preparativo se hacía en secreto. La gente no estaba enterada, y la toma del fortín Vanguardia, por Rafael Franco fue la que dio inicio a la agitación social. Era fines de 1928. Por represalia, los bolivianos tomaron Boquerón. Nosotros fuimos movilizados a Concepción pero no estábamos aun suficientemente preparados. Por sugerencia de los países neutrales, se reconstruyó y devolvió a los bolivianos su fortín.

La juventud se inquietaba y era tan activa que la casa del presidente José P. Guggiari (5) fue apedreada el día 22 de octubre del año 1931, al día siguiente los jóvenes fueron al Palacio de Gobierno reclamando la defensa del Chaco. Allí ocurrió aquel trágico suceso por todos conocido, la muerte de los estudiantes en la plaza. Pero el presidente ordenó parar el fuego. Esto lo cuento para mostrar que aunque desinformada, la juventud era más idealista. Tenía rebeldía, tenia inquietudes. Era mucho más sana. No había fines utilitarios en sus móviles.

Docencia al aire libre

En las cuatro plazas, circundadas por el Banco Central, el Hotel Guaraní  y el cine Victoria, nosotros podíamos escuchar hablar a Obdulio Barthe (6), a Oscar Creydt (7) y otros, incluso a los líderes colorados. En una plaza se podía escuchar a Justo Pastor Prieto (8), Efraím Cardozo (9), en otra Pérez Garay, Natalicio González (10). A este último se le debe después el encumbramiento del Partido Colorado.

Los jóvenes teníamos algunos profesores brillantes. Estaba lrala, el padre de Adriano Irala Burgos, que era profesor de psicología en el Colegio Nacional. Otro profesor notable era Juan Stefanich (11). Juntos, con lrala, habían fundado un diario que se llamaba La Nación. Eran realmente líderes de los estudiantes. Eran consultados por ellos, y muy seguidos también.

El movimiento del 23 de octubre tuvo su inspirador en Stefanich. Además, la juventud romántica, estaba inspirada en los ideales libertarios de la revolución francesa. Los hijos de las familias más pudientes iban a estudiar a Francia. Pero no me estoy refiriendo a ellos, sino a cómo las ideas del iluminismo francés encontraban eco y  enardecían a los jóvenes de entonces. Y los llevaban a reunirse, a pensar, a discutir, a escribir y a estudiar. Después de la guerra se extendieron las ideas socialistas. Uno de los más escuchados era un brillante parlamentario llamado Jover Peralta (12).

Las voces se fueron callando

Yo estaba en primer año de medicina, cuando se produjo el histórico 23 de octubre y fue la juventud la que hizo todo aquel levantamiento. La voz de la juventud era respetada y temida. Ahora duele mucho leer lo que se publica en los diarios, de jóvenes de colegios públicos, o jóvenes universitarios, que dedican conceptos elogiosos de clara intención oportunista a ciertos sujetos del poder.

Aquellas voces se fueron callando. Una verdadera domesticación y autocensura y eso es deprimente. Ahora estoy leyendo “Historia contemporánea del Paraguay” de Gómez Freire Estévez, sobre esa época tan oscura de la historia donde se asesinaban presidentes, desde 1870 a 1920. Es sobre la época de la reconstrucción, en que aparecen personalidades brillantes como Gondra (13), Báez (14), F. R. Moreno (15), Manuel  Domínguez (16), etc., e incluso individuos tan sorprendentes como Albino Jara (17). Para mí, uno de los inconvenientes de la juventud es que no conoce la historia. La historia de 30 años atrás, ni la de 20 años atrás. Una juventud sin raíces.

Hoy

Naturalmente, también tenemos un grupo selecto de jóvenes. Son gente que piensa de otra manera y que se está preparando para el futuro. No sé —salvo este pequeño grupo— si podemos contar con la juventud para los cambios que han de advenir. No creo que estén preparados para eso. Podría temerse una etapa de desorientación y caos. Quizá sea  necesaria una etapa de transición, como en España, pero… ¿con quiénes? No hay que olvidar que desde el año 36 la casta militar se ha adueñado del poder y es casi imposible destruir una casta, porque se van renovando. Cae el Coronel, sube el Mayor, y así siguen. Esa es una de las mayores desgracias de nuestro país. Pensemos en todo lo desgastante para un país entero en cuanto ataque a sus valores, el ejercicio  arbitrario del poder durante cincuenta años. Ataca especialmente a la juventud que crece con un modelo equivocado, en donde triunfa el que adula.

Mañana

Pienso que el Febrerismo podría ofrecer a los  jóvenes descontentos un buen contexto para sus acciones e ideas. Mucha juventud está más o menos resguardada debido a que sus hogares han sabido conservar y practicar valores e ideales. Para esa gente creo que el Febrerismo podría  ofrecer ideas modernas y una práctica más racional de la política. Como te decía antes, mucha gente está afuera y se está preparando para lo que vendrá: ellos están en el exterior. No hay que olvidar —la historia es gran maestra— que tanto Eligio como Eusebio Ayala (18), y Gondra también, tuvieron que venir de otros países para hacerse cargo de la República".

Asunción, abril de 1985


Referencias:
(  1) Ángel Garma (1904-1993),  padre y  fundador del psicoanálisis en la Argentina y responsable de la entrada del discurso psicoanalítico en Latinoamérica.
(  2) Enrique Pichon-Rivière (1907-1977), uno de los introductores del psicoanálisis en la Argentina y generador de la teoría de grupo conocida como grupo operativo. Miembro fundador de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). En la década del 50 participó en la creación de la primera escuela de Psicología Social. 
(  3) Agustín Carrizosa, padre. Psiquiatra y psicoanalista. Miembro fundador y director clínico y académico del Instituto Médico Psicológico (IMESI).
(  4) Eligio Ayala, fue presidente del Paraguay durante dos periodos: de 1923-24 y de 1924 a 1928.  Murió pobre en un duelo pasional, en una situación que hoy bautizaríamos de irrelevante. Se lo recuerda por su probidad en la administración pública y por sus ideas humanistas.
(  5) José P. Guggiari. Presidente del Paraguay de 1928 al 32. Ante la aparente falta de reacción de los paraguayos por la invasión de Bolivia en tierras del Chaco, una muchachada  estudiantil fue a protestar frente al palacio de gobierno y  rechazada a tiros resultando la muerte de varios estudiantes. Guggiari renunció a la presidencia ante el Parlamento y luego de ser juzgado y absuelto, volvió al sillón de los López.
(  6)  Obdulio Barthe (1903-1981), dirigente comunista de gran fuerza oratoria. Participó con entusiasmo del gobierno revolucionario del Coronel Franco (1936).  Una vez que lo deportaron en 1954, fue a Guatemala donde se habría sumado a la defensa del gobierno contra Castillo Armas luego de la caída de Jacobo Arbenz. Volvió varias veces al Paraguay en forma clandestina. Participó en congresos de Moscú y China y en preparativos de varias columnas guerrilleras para invasiones contra el gobierno de Alfredo Stroessner desde la Argentina.
(  7) Oscar Creydt (1907-1987),  abogado, escritor, profesor y comunista paraguayo.
(  8) Justo  Pastor Prieto (1897-1982), abogado, sociólogo, docente. Una de las mayores  personalidades universitarias del Paraguay.
(  9) Efraim Cardozo (1906-1973), historiador y catedrático.
( 10) Natalicio González (1897-1966), presidente del Paraguay de 1948 a 1949. Ensayista de obra profunda, compleja y polémica,  en su desempeño político sin embargo dirigió a los “guiones rojos” un grupo armado de vándalos que le había allanado el camino al poder.
( 11) Juan Stefanich (1889-1976) abogado, político y periodista paraguayo.
( 12) Jover Peralta (1895-1971) poeta, ensayista, sociólogo, socialista, lingüista y especialista en lengua guaraní.
( 13) Manuel Gondra. Presidente del Paraguay de 1910 a 1911.
( 14) Cecilio Báez. Presidente provisional del Paraguay de 1905-1906. Escritor de ensayos jurídicos e históricos.
( 15) Fulgencio R. Moreno (1872-1933), periodista, financista, hombre de Estado y uno de los más serios investigadores de la historia del Paraguay.
( 16) Manuel Domínguez (1868-1935), periodista, destacado orador, defensor de los derechos del Paraguay durante la guerra del Chaco.
( 17) Albino Jara, a los 34 años fue el presidente más joven que tuvo el Paraguay, en 1911. Le llamaron “el varón meteórico”. Fue una especie de Robin Hood. Protagonizó tantas revueltas políticas con tiros y cañonazos, que al oír tronar la gente se preguntaba: "¿Péa pa ára, terapa Jara?”  O sea: “¿es el tiempo ó es que viene Jara”?
( 18) Eusebio Ayala (1875-1942) Presidente del Paraguay en 1936. 
   19) Boccia Romañach, Alfredo y Boccia Paz, Alfredo. Historia de la medicina en Paraguay. Servilibro, Asunción, 2011. 558 p.

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