lunes, 9 de mayo de 2016

TIEMPOS MODERNOS






TIEMPOS MODERNOS   
Mara Vacchetta Boggino

I.-Amo a  Posadas mucho antes de haberla visitado  por  primera vez, porque en ella  se exilió un amigo mío de Villarrica, llamado Carlos Martínez Gamba. Poeta parnasiano que  en su destierro, eligió para vivir un otero desde donde  divisaba la otra orilla, la orilla paraguaya.  En Argentina y hablando con los mismos nativos con quienes habla Enrique Acuña, él escribió 16 mil versos alejandrinos en guaraní, en este caso sobre la guerra del 70, cuando sabemos que los correntinos desertaban para no ir a pelear contra quienes hablaban su misma lengua.

También procedente de Villarrica, llegó a esa orilla del Paraná y  a  principios del siglo pasado, el suizo Emilio Flüry. Él  había venido soñando con plantíos de té.  Decía que el clima y suelo eran ideales en su opinión de experto. Lamentablemente Paraguay estaba en rencillas políticas fratricidas y don Flüry  no encontró interlocutores, sí en cambio cruzando el rio,  donde ejerció su proyecto, siendo ahora el té la mayor fuente de riqueza genuina de nuestra  vecina Misiones.

II.-Visión a vuelo de pájaro.
Como Psicoanalistas, en países de tantos avatares políticos como Argentina y Paraguay, siento que no renunciamos a nuestros ideales y seguimos en la lucha. Es increíble la mutación que hizo el Psicoanálisis  desde que el alma  inmaterial, incorruptible e inmortal- ver nomás tales argumentos en el Fedón de Platón-  pasó por varias “tecnologías del Yo” ( Foucault), hasta convertirse en “l`une bevue”, una “metida de pata” ( ver “L`insu que sait”).  Es lógico que tengamos que ser aguerridos.!! Si la naturaleza irritantemente pulsátil del Inconsciente hace que  aparezca  en un abrir y cerrar de ojos, es lógico que nosotros también estemos en crisis epistémica permanente!!!

En Paraguay discutimos lealmente  con todos los que leen el Inc, convencidos de que  nuestras diferencias conceptuales cruciales sirven como objetos “a”, que relanzan nuestro deseo de seguir fatigando la investigación, apoyados en Freud y Lacan. Sin repetirlos sino reinventándolos.                                   

En Paraguay noto  enorme  avance de las ciencias cognitivo-comportamentales donde preparan al psicólogo para ser un auxiliar y derivador del médico con la medicalización de los casos, naturalmente. Y con el DSM4, donde una mera clasificación que puede ser útil para poder presupuestar y cobrar un proceso terapéutico (como me pasó a mí con  una persona  cuyo seguro de salud estaba en Atlanta, EUU), pero nunca para confundirnos pues sabemos que en estas nuevas nosografías  el sujeto está cada vez más ignorado.   Ahorita, es la eficiencia y el logro rápido el bien Supremo.

Sobre el punto les comento que a  mí me impresionó enormemente una película de Fritz Lang, “La venganza de Krimilda”( 1924) - de paso les insto a que la vean, porque el arte no envejece-. Allí veíamos cómo los caballeros del Sacro Imperio Romano Germánico, lloraban sinceramente  la muerte del redentor “nosotros, nuestros pecados lo mataron”, ect.  Recordemos que Freud nos dice en el mito de la Horda primitiva, del papel crucial de la Culpa en la formación de Occidente. Me gustaría sugerir investigar más en el rol subjetivante de la culpa – no sólo desde la óptica negativa- ahorita en que el cortoplacismo descarta toda autocrítica, reflexión o sentimiento introspectivo que no tenga  un provecho en el mercado o que no signifique un éxito pronto.

III.- El quehacer del psicoanalista hoy  
Sabemos que somos hablados. No hay hecho totalmente incontaminado ni  hay relato neutral. Pero somos siempre tan ingenuos en creer que nuestra Weltanshauung (visión de mundo) no nos condiciona. Una tarea del psicoanalista actual sería ¿por qué no? desmontar relatos esclerosados  para verterlos en otros  que nos salven de la repetición, de la inhibición, el síntoma y la angustia!!! . Claro que no existe un Inconsciente colectivo. Freud puso pica en Flandes muy claramente cuando le advirtió a Jung al respecto. Pero  es cierto que nos enseñó que el psicoanálisis es también “una visión del mundo” y en ella nos autorizamos para incidir en las enunciaciones de nuestros compueblanos para tratar de que seamos un poco menos idiotas repitiendo nuestros fracasos políticos, cual mulos girando alrededor de la noria. Tampoco el analista es un maniquí sentado: es cierto, cuando surge un “l´une bevue”, nos convertimos en objetos “a” para que sólo campee el inconsciente que se jugará en el discurso. Entonces,  en ese surco fecundo surgirá la interpretación ¿ de quién? ¡del inconsciente ! el analista ahí es  la médium, un vehículo para pronunciar el dicho/dictámen del inconsciente!!  

El psicoanalista “paga con su Ser”, en el surco  transferencial donde la repetición campea, pero aún así fatigamos seguros ante la aparición de la sorpresa. En efecto, el analista queda muchas veces, “estampillado contra la pared”, sorprendido ante una escena que a  su mirada interior se le presenta ( el fantasma capta la mirada que proviene del objeto y la doma, la domestica hasta convertirla en imagen, según se desprende del Seminario XI). Creo en síntesis que el psicoanalista está en dos líneas de fuego:
       a) una  ante su analizado en el diván, en la búsqueda y atravesamiento del fantasma. Ahí su clínica se juega en la verdad única, intransferible del “uno a uno”.
b    b) la otra, el analista ante su mundo. Ahí, entiendo que aunque no es posible extraer el fantasma -siendo que no existe el inconsciente colectivo- no por eso dejamos de oír  discursos en la Enunciación … y es ahí donde creo que no debemos encerrarnos en la consulta  privada e intentar  ser testigos de nuestro tiempo.

IV.- Tiempos modernos.
Nos acecha la medicalización, que muchos psicólogos aspiran porque en ella  buscan rigor científico. Pienso en Bunge para quien sólo es válida la psicología experimental, de cuya solidez  nadie duda, pero, le diría Lacan _ desde “Ciencia y Verdad” de 1966- que el sujeto siempre está ahí como compañero antinómico, sacándole la lengua, porque siempre hay un enunciado indecidible, siempre una incompletidud, siempre un “l`une bevue”… Lo simpático es que estos añorantes de Popper, no piensan que ahorita las ciencias están más preocupadas que nunca de lo impredecible, de lo infinito, de las lógicas inconsistentes, de la incompletitud de los teoremas de Godel y por tanto de la indecidibilidad de los aconteceres……!!y nosotros buscando legitimar nuestros asertos en el viejo discurso empirista!

Una anécdota: estábamos repartiendo  con Osvaldo Gómez Lez volantes de propaganda la para el lanzamiento de “Al Sesgo” , en todos los cursos de todas las facultades de Psicología de Asunción y  yo aseveraba “ a mí no me interesa un psicoanálisis que no ayude a construir  ciudadanía”. Quiero repetir  esto porque me parece central: sin duda en esta anécdota  no me refiero al Sujeto de la fórmula del fantasma “Sujeto^a”, que investigamos  buscando aliviar el dolor del diciente. Sino que al lado de esa tarea que atañe a cada sujeto ante su sagrada  Verdad ( el psicoanálisis en cuanto a ética) está otra dimensión del psicoanalista cual es ser sensible traductor de su época. Época donde Noam Chomski o Di Caprio alertaron sobre el calentamiento global, cuando advirtieron que sus consecuencias son tan alarmantes como la conflagración atómica. La práctica analítica depende también de una época determinada…Y hay tantas dudas e interrogantes en esta posmodernidad, que es bueno permitirnos no encasillar, para errar un poco en el espacio  público y así, sin pontifica ni juzgar, les voy a contar un  caso que me cupo atender y que sigo en tratamiento (presentación del caso de una pareja de lesbianas cuyos de hijos adoptivos, están con problemas escolares).


Mara Vacchetta Boggino. Asunción, abril 2016

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